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Postalita al presidente Vladímir Putin

Mis dos últimos escritos fueron dos postalitas, una al papa Francisco que titulé postalita al Che Francisco, aclaro que lo de che fue por su país de nacimiento, nada que ver con el comunista muerto en Bolivia. La segunda fue a nuestro cardenal Leopoldo Brenes, conocido cariñosamente como Polito. Ambas tuvieron amplia difusión, tanto entre los lectores de LA PRENSA como en las redes sociales donde siempre posteo mis artículos para compartirlos con mis amigos y los amigos de mis amigos.

Después de la noticia que está dando la vuelta al mundo, sobre el giro que ha tomado en los últimos días “la operación especial” del presidente Putin en suelo ucraniano, han sido varios los amigos que me han llamado pidiéndome que le escriba una postalita al presidente ruso. Para ser honesto, mi primera reacción fue preguntarles si seguían siendo mis amigos, pero la verdad es que desde que hablé con ellos sobre el tema, no dejo de pensarlo.

Es posible que sea porque hay tantas cosas que decirle y otras muchas que preguntarle a don Putin, que no pude evitar el aceptar la invitación que más de uno me hizo a modo de reto y aquí me tienen tratando de cruzar el Niágara en un taburete sin caerme, como se dice popularmente.

Para comenzar, deseo recordarles que cuando inició la operación especial como don Vladímir Putin llama a la invasión militar rusa a territorio ucraniano, lo hizo según sus palabras para proteger sus fronteras (las rusas) de un posible ataque de Ucrania a territorio soviético. De esa fecha al día en que ustedes estén leyendo este artículo, han pasado más de 200 días y los objetivos de la operación especial no solo no se han cumplido, sino que más bien han tenido resultados totalmente contrarios a los que pretendió cuando la inició.

 Antes de continuar deseo comentarles que soy un poco vanidoso, me las doy de politólogo, opinólogo y poseedor de una capacidad de análisis aceptable, pues trato de ser ecuánime y no dejarme llevar por emociones ni por simpatías que las tengo y bien arraigadas. Pero les confieso que como comunistólogo o socialistólogo soy un desastre, no pego una y cada vez que emito opinión sobre lo que considero que va a hacer ante una situación un comunista, socialista o como se llamen, no pego una. Según mi amigo Iván, es porque mis análisis o predicciones son a la luz de situaciones lógicas y la lógica de los que profesan estas ideologías es de otro mundo, opinión que a decir verdad he terminado por aceptar.

Pero como no aprendo, cuando la Unión Europea (léase la OTAN) los norteamericanos, judíos y entre otros, se involucraron de lleno en el apoyo a Ucrania, pensé que don Putin iba a tratar de negociar y buscarse un acuerdo que le permitiera afianzar su posesión sobre Crimea y con suerte sobre las dos regiones que había invadido en su operación especial, pero nada de eso hizo.

Cuando los países antes mencionados incrementaron su apoyo económico y militar, me dije, la Rusia de don Putin no compite con la tecnología occidental y va a salir mal parado de esa aventura, de seguro sus militares y asesores así se lo van a hacer ver. Pero resulta que pudo más el orgullo y la soberbia que la realidad que estaba teniendo ante sus ojos. Resultado, hoy, presidente Putin, están quedando al descubierto todas las deficiencias tecnológicas y técnicas de su ejército, el costo económico de su operación especial ha sido inmenso, ya tiene tantas cifras que confieso que no sé cómo escribirla.

Según las últimas noticias que llegan sobre lo que está sucediendo a lo interno de Rusia, existe la posibilidad que el costo que sus ciudadanos están pagando termine por afectar de mala manera su mandato. Sin usted haberlo deseado, convirtió su operación especial en un laboratorio de guerra para sus adversarios y las armas que hasta ahora han usado, han demostrado ser más eficaces que las de su ejército. Si quiere sentirse un poco aliviado por el resultado que está teniendo su aventura ucraniana, termino diciéndole que su ejército está combatiendo sin combatir, contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en pleno.

En Nicaragua cuando eso sucede, decimos le echaron la vaca. Lo que quiere decir señor Vladímir Putin, que jamás su operación especial tuvo la más mínima oportunidad de tener un final feliz para sus intereses.

El autor es comentarista político.

Opinión invasión Papa Francisco Rusia Ucrania Unión Europea
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