Estamos a menos de un mes de las supuestas “elecciones municipales” en nuestra patria, en las que sabemos de antemano quiénes se proclamarán ganadores. Esta nueva farsa, como las últimas elecciones nacionales, será nula de nulidad absoluta, puesto que no hay partidos opositores que se presenten a contender con el FSLN de los Ortegamurillo y los que le hacen el juego son partidos satélites.
Sabemos que ya está preparado el fraude en toda su extensión. Desde la cúpula del llamado Poder Electoral hasta todos los CEM del país, ya fueron nombrados los prebostes que simularán ser las autoridades de las Juntas Receptora de Votos, con sus presidentes y fiscales, y todo el entramado que rodea el momento del ejercicio del voto.
Ahora ya no necesitan del “ratón loco”, de hacer votar a los muertos en forma de resurrección electoral, exclusión de las listas de votantes y todas las otras triquiñuelas que acostumbra a usar el llamado partido de los Ortegamurillo, no hay necesidad de nada de eso, pues también sabemos que no hay candidatos a alcaldes, vicealcaldes y concejales que representen una verdadera, legítima y genuina oposición.
También sabemos por lo tanto que no serán unas elecciones libres, justas y transparentes, observadas internacionalmente. A los Ortegamurillo no les gusta la transparencia ni legalidad, ni observación nacional o internacional, ellos practican “el yo, mí, me, conmigo”, que es su doctrina y les repugna que alguien se inmiscuya en sus autoprocesos electorales.
Contarán, sí, con la ayuda de sus adláteres, comprados a precio de 30 monedas como Judas Iscariote: PLC, ALN, Apre, PLI, que “participan” en el mal llamado proceso electoral y se conformarán con las migajas que el FSLN les arroje en su plato. Esos nombres correspondieron en otras épocas a partidos auténticos y con militantes dignos y con brazo electoral.
La abstención será esta vez más alta que en las anteriores elecciones presidenciales y municipales, ya que los votantes están reducidos a su mínima expresión, compuesta por los seguidores del sandinismo y de los empleados públicos a los que por métodos poco ortodoxos les obligarán a acudir a los centros de votación a depositar el voto, so pena de que quien no lo haga quedará automáticamente despedido del puesto que ocupe en la administración pública, desde el portero hasta al más alto funcionario en rango.
Para que no se vea muy claramente el fraude, los perpetradores del mismo han reducido los números de las JRV, y así se verá que hay un poco de molote y gente votando, hasta ya han clasificado a sus votantes por horas para que siempre se vea que hay votantes. Pero claro todo estrictamente vigilado por los serviles seguidores del régimen que todavía le siguen.
Las votaciones, como sabemos también, en los 153 municipios del país alcanzarán la cifra récord de ausentismo de votantes que puede superar quizás el 75-80 por ciento, pero el conteo que hagan los corifeos rebajará los porcentajes para disimular su derrumbe electoral y falta cada día que pasa de menos seguidores. Los que le quedan son los que de alguna manera se ganan la vida simulando ser militantes o seguidores del FSLN.
Y aunque los contendientes del Frente se contenten con los restos que les asigne los que tienen todo el control del desarrollo electoral, me viene a la mente que ya saben cómo se las gasta el FSLN: cuando los alcaldes de los “otros” partidos se salen un milímetro de lo pactado y el triunfante no le guste la actuación, inmediatamente ponen en marcha la destitución y ellos se apoderan de la Alcaldía sin argumentos que lo justifiquen.
Por supuesto habrá turistas electorales como también es costumbre de los FSLN. Vendrá gente de Cuba, Rusia, Venezuela, Bolivia y este año hasta de China y quizás de algún paisito de esos que se roba Putin en sus alrededores, que avalarán los resultados y certificarán que todo fue acorde con los estándares internaciones en la materia.
Nada cambiará en materia electoral, ya que los cambios que se han hecho son precisamente para que nada cambie y los resultados serán más alcaldías sandinistas, con sus alcaldes reelectos que ya llevan en el cargo algunos lo mismo que lleva el dúo tiránico en el poder. Allí tenemos los ejemplos de los alcaldes de Matagalpa, Jinotega, Estelí y otros que por las necesidades del tamaño de esta columna no hay suficiente espacio para mencionarlos.
Es decir seguirán en el desastre y la corrupción galopante, que su servidumbre les premia y les hace inmunes a esos delitos que cometen en conexión con sus secretarios políticos y solo en algunos casos en que sus chanchullos causan escándalo público muy a la vista, es que los despiden, pero no los encarcelan como debería ser.
Y queda por hablar del premio que el CSJ, con cargo a los presupuestos generales de la República da a los partidos que van a las elecciones en concepto de “pago” por los gastos electorales. ¿Y quién se lleva la tajada mayor del león? Ni más ni menos que el promotor de las elecciones que sacará el mayor número de alcaldes, vicealcaldes y concejales, que es el FSLN (Daniel Ortega y Rosario Murillo), que se llevan el mayor botín, ya que lo presupuestado para las elecciones municipales es mayor que por las elecciones generales. Cálculos a la ligera es que del presupuesto asignado este año electoral al CSE, anda por 45-50 millones de córdobas y esto ya sabemos que va engrosar sus acaudaladas cuentas.
Es decir siempre los nicaragüenses pagan el pato de la fiesta, ya que sale de sus cada vez más escuálidos bolsillos golpeados por los impuestos que se pagan al Estado-partido. Dios salve a nuestro desafortunado país regido por desalmados que se llaman cristianos y solidarios.
El autor es abogado nicaragüense, residente en España.