Un reportaje de primera en LA PRENSA del 17 de noviembre sobre la evaluación de la economía que hizo el equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI), que supuestamente visitó el país a comienzos de noviembre, me motivó a leer su declaración publicada el 16 de noviembre. Digo supuesta visita porque en algunos temas pareciera que el equipo, posiblemente debido a sus otras obligaciones, se equivocó de país.
El reportaje de LA PRENSA sobre la declaración resume muy bien, particularmente en su primer párrafo, sus deficiencias, pero aun así se quedó corto.
La declaración correctamente le da los méritos que merece, y yo siempre le he dado, a la gestión macroeconómica del gobierno, pero tiene serias deficiencias en su análisis de la situación y perspectivas del país. Como muy bien lo resumió un amigo mío, “obvia lo obvio”.
No menciona que la situación política del país y la represión causó en buena parte la caída de la economía durante 2018-2020.
Ni que el salario real (que es lo que importa para la sobrevivencia diaria) ha caído 3 por ciento en el sector formal desde el 2017. Esto, unido a la represión y la falta de oportunidades ha llevado al exilio a miles de nicaragüenses. No tengo datos sobre el salario real en el resto de la economía ya que no se puede entrar al portal del Ministerio del Trabajo.
Tampoco menciona que la nueva ola de represión está deteriorando aún más la situación política del país y afectando negativamente la inversión, productividad y perspectivas económicas del país. Por el contrario, se refiere a “la cautelosa recuperación de la inversión” cuando los datos del mismo Banco Central muestran que la inversión privada cayó 2.2 por ciento en el primer semestre de este año con relación al primer semestre del año pasado.
Ni analiza cómo los costos de producción del sector privado han aumentado no solo por factores externos, sino también por factores internos incluyendo arbitrariedades en el cobro de impuestos lo que también afecta negativamente la inversión y el empleo. Aumento que podría explicar por qué el empleo formal ha caído 14 por ciento a septiembre, con relación al 2017 mientras que la economía ha crecido alrededor del 5 por ciento en este periodo.
Por el contrario, la declaración alegremente menciona que las perspectivas económicas del país son “favorables”, con un crecimiento del 3 por ciento en 2023 y de 3.5 por ciento en el mediano plazo. ¿Cómo pueden llamar “favorable” a este tipo de crecimiento en un país con el ingreso y pobreza de Nicaragua?
Pero su mayor incongruencia y desacierto es cuando la declaración felicita al gobierno por sus “medidas para mejorar los marcos de gobernanza y anticorrupción”. ¿Cómo es posible que valoren así a un gobierno que es conocido nacional e internacionalmente por haber destruido la institucionalidad del país en todos sus aspectos y por no tener ninguna transparencia? En cuanto a la corrupción no sé en qué están pensando.
Por eso dije al comienzo que pareciera que los técnicos se equivocaron de país. Lástima que su análisis fue deficiente y parcial. Paradójicamente sus alabanzas no le ayudan al gobierno ya que no le cantan la realidad.
El autor es bachiller del Colegio Centro América de Granada