Este sistema usado en elecciones en los EE. UU. En tiempos de votaciones implica que los partidos en los estados de la Unión, con el fin de ganar elecciones crean o dividen distritos electorales a fin de que les beneficien en las votaciones, buscando los nichos de votantes que saben que allí que les votarán. Es una práctica que no es denostada ni considerada ilegal por el sistema electoral norteamericano y que es usada por demócratas y republicanos, con cierto tufillo antidemocrático.
He hecho esta introducción a manera de ejemplo de lo que pasa en un país con altos índices de ser uno de los más adelantados en niveles democráticos del mundo; y así es tenido en percepción por todos los índices o estándares que califican los sistemas políticos de los distintos países del mundo.
Viene esto a cuento del título que se refiere que las democracias por muy buenas que sean no dejan de tener sus falencias y sus claroscuros. Y que a diferencia de lo que allí ocurre, en Nicaragua también existe el “guerrymandering”, a lo bestia como ha quedado demostrado en la farsa de las llamadas “elecciones municipales” del domingo 6 de noviembre, en la que según la presidenta del CSE, el FSLN ganó en todos los 153 municipios del país, con lo que ha cerrado el círculo del camino al partido único al estilo de Cuba y Corea del Norte.
¿Quién en su sano juicio, puede creerse que hubo elecciones en municipales en Nicaragua, que puedan llamarse así? ¡Nadie! Lo que ha pasado es una farsa más de la dictadura que gobierna nuestro desgraciado país. La abstención ha sido la más elevada de la reciente historia política de Nicaragua y ha sido una pura simulación en la que el CSE, ejecutor de los recuentos de los votantes, puede decir que se votó y que los resultados fueron los que ellos ponen en los papeles. Y punto.
El colmo de los colmos es que aquí los políticos realmente eligen a sus votantes entre los empleados públicos de todos los escalones del aparato estatal, los policías, el ejército, los sapos de los CPC que habitan en todos los barrios del país, quienes coaccionan a los habitantes de sus zonas y literalmente los obligan a ir a las mesas de votaciones para que se vean algunos cientos de personas. A los municipios del norte del país que son tradicionalmente liberales, esta vez les adjudicaron solo algunos concejales y esas son las migajas para los cómplices de este desastre nacional: PLC, PLI, Apre y ALN. Yátama, que solo “competía” en la región del Atlántico Norte, tampoco recogió nada de nada. Todos esos son a mi juicio traidores a la patria y en los gobiernos municipales no tendrán ninguna relevancia, ya que la mayoría la tendrá siempre el FSLN orteguista.
Esta vez ni siquiera han disimulado sus “victorias”, ya que en El Carmen todo se dispuso para que las cosas sucedieran así como en efecto ha sido. La consigna era “todo para nosotros” (FSLN) y cero para los supuestos partidos opositores que les acompañaron en la farsa efectuada a cara descubierta. Cero supervisión y menos aún de elecciones justas, libres y transparentes. Su recompensa será el pago que les darán por sus gastos electorales, para que sigan funcionando y nada más.
Todo esto me recuerda a las elecciones que se efectuaban en los países que componían la antigua URSS y las que siguen efectuando entre otros por Corea del Norte, Vietnam y otros países del sudeste asiático y alguno del continente africano como Guinea Ecuatorial, donde el clan del actual presidente Obian N’Guema reina desde hace más de veinte años.
Ya todos los gobiernos locales, los más cercanos al pueblo, han sido tomados fraudulentamente por los amos de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo y sus descendientes y allegados, la Policía sandinista y el ejército que “votaron” en bloque por el partido-estado de sus caudillos, siendo que deberían ser apolíticos y que inclusive ni siquiera para cubrir un poco las circunstancias votaron de uniforme. ¡Qué escarnio!
Antes, los recuentos de los votantes tardaban días para que salieran a luz pública. Ahora en menos de 24 horas ya estaban los resultados, lo que demuestra que la cocina ya estaba preparada de antemano. Ahora el maquillaje nos ha dicho que votaron cientos de miles del partido gobernante y que fue altísimo el porcentaje de votantes a favor de los dictadores representados por los candidatos a alcaldes que en su mayoría se reeligieron, como los casos de los de Jinotega, Matagalpa y Estelí y de muchas de las otras cabeceras departamentales (15, más las dos regiones autónomas del Caribe) “ganadas” todas por el sandinismo.
Según detectó Urnas Abiertas, el proceso estuvo completamente viciado desde el principio hasta el fin, ya que incluso los llamados partidos opositores tuvieron que recurrir a usurpar nombres de más de 1,000 personas que no tenía nada que ver con quienes los proponían en sus listas como concejales y que fueron descubiertos por personas familiares que les advirtieron de esas anomalías delictivas. También aparecían en listas incluso personas muertas. Esta vez ya no necesitaron del famoso ratón loco para cubrir sus vergüenzas que tanto daño causó en los anteriores fraudes de 2011 y 2017.
Ya se sabe que para que no hubiese oposición legítima y verdadera, cancelaron la personería jurídica de verdaderos partidos opositores, como CxL, el Partido Conservador y el partido Camino Cristiano que representaban verdaderas opciones democráticas. Y no olvidemos que encarcelaron a quienes se proclamaron como precandidatos en las pasadas elecciones presidenciales y hay más de 190 presos políticos en las mazmorras de la dictadura conocida como el Chipote.
Incluso el día antes de los fraudulentos “comicios municipales”, la policía sandinista efectuó redadas de personas en varias ciudades del país que afectaron a personas de reconocida filiación antigobiernista. Así ocurrió en Managua, Jinotepe y otras cabeceras departamentales y ciudades del interior del país.
La verdadera oposición en el exilio, y organismos como la ONU, la OEA, la UE, EE. UU., Canadá y muchos otros países a título individual han tomado nota de esta nueva falsedad y han dado declaraciones en las que igual que con las “presidenciales” del año pasado en que se reeligió el dúo dinástico-dictatorial, y quizás las declaren ilegítimas pero hasta allí no más. Mientras nuestro sufrido pueblo seguirá siendo la víctima de estos desafueros, que no sabemos hasta cuándo terminarán mientras no haya unión de todos los que adversamos a la dictadura.
El autor es abogado nicaragüense residente en España.