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Un nuevo contrato social para la educación del siglo XXI

Este artículo es una reflexión basada en análisis crítico del texto de la Unesco (2022) titulado: Reimaginar nuestro futuro juntos. Un nuevo contrato social para la educación. UNESCO. En este se plantea la urgencia de consensuar un nuevo contrato social educativo, con el fin de dar respuesta a los grandes desafíos contemporáneos. En este se intenta responder a las siguientes preguntas: ¿Qué desafíos contemporáneos enfrentamos como humanidad? ¿Qué función debe jugar la educación frente a estos desafíos? y ¿Cuáles podrían ser las estrategias que permitan responder a estos desafíos?

Para responder a estas interrogantes, en primer lugar se describen los principales desafíos contemporáneos; y en segundo lugar, la función que debe jugar la educación en este contexto de crisis y finalmente, se puntualizan algunas estrategias a partir de las cuales la educación puede contribuir a la construcción de otro mundo posible.

Principales desafíos contemporáneos.

Según la UNESCO (2021, p.6) estamos viviendo momentos críticos, debido a las disparidades mundiales en términos sociales y económicos. También nos enfrentamos a un escenario en que experimentamos retrocesos democráticos y en garantías del ejercicio pleno de nuestros DD. HH. Cada vez hay más Estados funcionando bajo sistemas democráticos frágiles, con limitada participación ciudadana, aumentos de las brechas digitales y sociedades con hábitos de consumo y producción que son nocivas contra el ecosistema, lo cual, pone en riesgo, no solo nuestra casa común, sino también nuestra propia extinción.

El documento de la UNESCO (2021) hace un énfasis particular en la crisis derivada de nuestras prácticas nocivas contra el ecosistema. Esto como consecuencia de nuestra cosmovisión de crecimiento y desarrollo que nos ha llevado por un camino en el que “los seres humanos hemos ejercido demasiada presión sobre nuestro medio natural, poniendo en peligro nuestra propia existencia” (p.6). Todo ello, a pesar de que, paradójicamente, nos encontramos en una época en la que se ha logrado un gran desarrollo tecnológico.

Según la UNESCO (2021) nos ubicamos en una época de la historia humana en la que tenemos “más acceso que nunca al conocimiento y a herramientas que nos permiten colaborar” (p.6). A pesar de ello, la educación no ha tenido el impacto deseado en nuestras sociedades. En el marco de este escenario desalentador, la educación contemporánea se ve cuestionada y desafiada a repensar su lugar en la sociedad actual, para contribuir a la construcción de otro mundo posible donde la equidad, la participación ciudadana, la democracia y el desarrollo humano sean sostenibles y sustentables.

La educación frente a los desafíos contemporáneos.

Según la UNESCO (2021) “el conocimiento y el aprendizaje son fundamentales para la renovación y la transformación” (p.6). En este sentido, considero que la función de la educación en la sociedad es la de ser un motor para la transformación social. Esta debe contribuir a la solución de los problemas y desafíos que enfrentamos como humanidad, entre los que destacan las desigualdades sociales, los efectos de la crisis ecológica que se ve manifestada como una crisis interdependiente, con otras crisis como la económica, la social y la cultural.

La UNESCO (2021) sugiere que para responder a estos desafíos “es necesario transformar la educación misma” (p.6). Lo que de forma concreta implica la construcción de un nuevo contrato social para la educación. Con respecto a ello, la UNESCO (2021) manifiesta que “un contrato social es más que un convenio, ya que refleja normas, compromisos y principios que tienen un carácter legislativo formal y que están culturalmente arraigados” (p.7). En otras palabras, implica esfuerzos conjuntos, para generar un proceso de transformación cultural.

La UNESCO (2021) ha propuesto dos principios fundamentales que podrían sustentar las bases de este nuevo contrato social. En primer lugar, garantizar el derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida. Para la UNESCO (2021) esto significa que todas las personas sin exclusión alguna tengan acceso y pueden contribuir de manera libre a la construcción de conocimientos colectivos como un patrimonio o bien común que pueda ser actualizado de forma permanente. En segundo lugar, el reforzamiento de la educación como bien público y común. Esto implica que el esfuerzo colectivo de construcción de conocimientos permita que las personas, grupos, comunidades, países puedan desarrollarse de forma justa, equitativa y sostenible. En otras palabras, que nadie se quede atrás y que el conocimiento construido puede emerger de la pluralidad de voces del espacio público sobre los temas de interés de las sociedades.

Según la UNESCO (2021) esto va a permitir que las generaciones futuras “reimaginen sus futuros y renueven sus mundos” (p.8) sustentados en valores tales como la inclusión, la equidad, la solidaridad y la responsabilidad individual y colectiva con el cuidado de la casa común. En otras palabras, estos esfuerzos apuntan a lograr una educación para la transformación social que ponga en el centro la dignidad humana y el desarrollo humano en armonía con el ecosistema. Este nuevo contrato social para la educación del siglo XXI, tiene un énfasis particular en el reconocimiento de la profunda crisis ecológica que enfrentamos como humanidad. Es por ello que fomenta una nueva conciencia ecológica comprometida con el cuidado del ecosistema, la cual, es una invitación a que como seres humanos, nos reconozcamos como parte de un todo interconectado e interdependiente.

Líneas estratégicas de la educación frente a los desafíos actuales

 La UNESCO (2021, p.9) propone una serie de estrategias a partir de las cuales se puede renovar la educación actual, para responder a los desafíos planteados. Entre los cuales destacan: a) modelos de aprendizaje sustentando en los principios de cooperación, colaboración y solidaridad, b) enfoques curriculares centrados en el aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario que permitan al estudiantado acceder, crear y desarrollar el pensamiento crítico. Asimismo, la UNESCO (2021, p.9) destaca la importancia de c) un modelo de enseñanza que haga énfasis en la dimensión colaborativo del aprendizaje y que considere al docente como un actor clave en el proceso de enseñanza aprendizaje. Por otro lado, d) sugiere que las escuelas, universidades o comunidades educativas se conciban como espacios donde se cultiven virtudes que fomenten la inclusión, la tolerancia, el respeto, la equidad, la solidaridad con el único fin de contribuir al bien común. Finalmente, se debe e) aprovechar el desarrollo y las oportunidades que ofrecen las tecnologías educativas para el desarrollo del aprendizaje de calidad a lo largo de la vida. La educación mediada por TIC, no es una moda, sino una realidad que se corresponde con el tipo de sociedad en la que vivimos, las sociedades digitales. En este sentido, todas las personas tienen derecho a recibir una educación que se corresponda con el tipo de sociedad en la que vivimos.

Conclusiones.

Los desafíos actuales nos sitúan en momento crítico de la historia de la humanidad. Este escenario demanda una renovación de la educación. El cual puede lograrse mediante el consenso de un nuevo contrato social para la educación. Este debe enfocarse en el desarrollo de estrategias que busquen superar las desigualdades, la pobreza, las prácticas de consumo y producción nocivas contra el medio ambiente, la marginación y la exclusión social. En este sentido, la educación, como motor de transformación, debe fomentar la equidad de género, el desarrollo humano sostenible para todos sin exclusión, el uso de las TIC para promover el aprendizaje para toda la vida, la participación ciudadana, aportar al desarrollo de democracias sólidas y el surgimiento de una nueva humanidad consciente de su interconexión e interdependencia con el ecosistema y capaz de reimaginar su futuro y transformarlo.

El autor es máster en Teología, Ingeniero de Sistemas y TIC (UCA), especialista en pedagogía de la virtualidad (Aprende Virtual) y maestrando en Educación en Línea (Unicit).

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