Desde agosto de 1979, fecha en que después de la destrucción de la Guardia Nacional el Diario La Prensa reapareció impreso en León en la rotativa del El Centroamericano, hasta el 15 de marzo de 1982, fecha en que se impuso la censura previa, publiqué en sus páginas de Opinión mis primeros artículos, en su mayoría críticos al proceso revolucionario.
Fui motivado por tres factores: siendo mi madre miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) creí en la necesidad urgente de que el diario de mi padre se mantuviera independiente y no se convirtiera en un vocero oficioso de la revolución, a como más tarde se convirtió El Nuevo Diario, luego de la separación de mi tío Javier Chamorro de La Prensa que se fue con la mayoría del personal.
En segundo lugar, la convicción de que la revolución debería de ser un proceso democrático, no alineado realmente y no un apéndice de Cuba y la Unión Soviética, de ideología marxista leninista solapada bajo la bandera del sandinismo.
En tercer lugar, porque si bien la mayoría de mi familia, ya no digamos el pueblo nicaragüense, estaban fervientemente a favor del nuevo gobierno revolucionario, yo entendía que la misión de un medio de comunicación era salvaguardar su independencia y hacer críticas constructivas para encausar el proceso revolucionario en los senderos de la democracia y la república que soñó mi padre y ofrendó su vida.
Fue así como inicié mi carrera como periodista escribiendo artículos que por sus títulos se deduce el contenido y que fueron compilados en un librito que titulé: “Un cauce hacia la democracia”, publicado en 1983, pero que no circuló en el país debido a la censura de prensa y la creciente represión de aquel entonces. No obstante, el libro se encuentra disponible actualmente en la biblioteca virtual Enrique Bolaños Geyer en el siguiente enlace: https://sajurin.enriquebolanos.org/docs/Pedrojoaquinchamorrob-uncaucehacialademocracia.pdf
Algunos síntomas tempranos de que algo iba mal me indujeron a escribir algunos artículos que hoy en día tienen una gran actualidad porque el régimen de Ortega Murillo pretende emular y superar todos los errores que cometieron en los 80. Algunos artículos cuyo contenido se puede adivinar con los títulos son:
Revolución no es copia. Publicado el 12 de diciembre de 1979 criticaba algunos aspectos restrictivos de la recién publicada “Ley provisional sobre medios de comunicación” que estaban calcados de lo que establecía la constitución cubana, a pesar de que el estatuto fundamental de la JGRN garantizaba “el más amplio espíritu de tolerancia y la libertad irrestricta de pensamiento hablado y escrito”.
Lo nacional es nacional. Publicado el 14 de diciembre de 1979. Criticaba entonces que el comandante Tomás Borge había anunciado que en lugar de quitarle el apellido “sandinista” a la Policía Nacional Sandinista, a como demandaba el Cosep, le quitarían el “Nacional” y quedaría, como en efecto quedó “Policía Sandinista”. Irónicamente, Ortega de hecho le ha quitado nuevamente el “Nacional” y la ha convertido en una policía política represiva del régimen.
Criticaba también que la bandera partidaria del FLSN ondeara sobre la bandera nacional y que los primeros pasaportes provisionales, símbolo de nacionalidad, llevaran en su portada la bandera rojinegra, ¿es que se ha decretado un cambio de nuestra bandera?.
“Lo nacional es nacional, lo nacional no admite posesión, lo nacional es de todos los nicaragüenses, sin distingo de colores políticos”, concluía dicho artículo.
El Himno Nacional y la Voz de Nicaragua. 28 de agosto de 1979. Criticaba el hecho de que el FSLN utilizaba la radio del Estado con fines propagandísticos partidarios y en lugar de identificarse con el Himno Nacional, lo hacía con el himno del FSLN. Hoy en día la dictadura Ortega Murillo ha superado con creces el uso de todos los medios de comunicación para hacer propaganda partidaria y de culto a personalidad de la pareja gobernante y sus herederos.
La educación liberadora. 8 de noviembre 1979. Criticaba los primeros indicios del culto a la personalidad y de una educación alienante. Abogaba por una educación que enseñe a pensar, a disentir y dialogar, que no enseñe a qué pensar. Hoy como ayer se promueve una educación alienante en todas las escuelas públicas.
¿De qué nos abstuvimos? 20 de enero de 1980. Criticaba el hecho de que Nicaragua se abstuvo de votar en la ONU por el retiro de las tropas soviéticas de Afganistán, a pesar de que proclamaba el no alineamiento en política internacional. Hoy en día Nicaragua bajo la dictadura de Ortega Murillo es de los pocos países del mundo que apoya abiertamente la invasión rusa en Ucrania.
Estos son algunos otros títulos de mis primeros artículos 1979/81 que caen como anillo al dedo en las circunstancias que vive actualmente el país: Idolatría y Revolución; El pueblo ya votó, para poder votar; La devaluación del No Alineamiento; El Neosapismo; La Patria no tiene partido; El Estado Narcisista y la Democracia; Por qué luchamos ahora en Nicaragua; El proceso que es irreversible; Dos cartas: ¿No le da vergüenza ser burgués?
La historia se repite, solo que ahora 45 años después, trágicamente es mucho peor.
El autor es periodista, político y escritor nicaragüense, expreso político desterrado y autor del libro testimonial “Destinos Heredados”.