14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Método austriaco

Es un vicio peligroso el mentir. El subidón de adrenalina que llega con el engañar es tan adictivo como la droga. Pero al contrario de la perdición que traen los estupefacientes, el mentir te puede llevar muy lejos en la escalera jerárquica. Y lo difícil no es subir, sino salir. Un ciclo de corrupción completa. Donde la única manera de finiquitar el remolino de problemas es muriendo. Y aun así, tras de muerto, muchos te recordarán por las falacias que dijiste, ese es el verdadero peligro de este juego. Luego de un tiempo son los inventos los que te crean a ti.

Se ha profesionalizado tanto la mentira estando en el poder que ya existe un método eficaz para esquivar todas las responsabilidades que trae el cargo que te has ganado. Solo debes utilizar el método austriaco. Sencillo, rápido y eficiente. Fácil de utilizar por cualquier persona y con alcance global.

El método austriaco se basa en la capacidad que tiene una persona en aceptar cualquier información que aparezca el suficiente tiempo y siendo repetido las suficientes veces para que sea la primera y única respuesta inconsciente que pueda dar acerca de un tema.

Hay dos ejemplos claros de la eficacia que tiene este método. Ambos salidos del siglo pasado, pero que aún repercuten en la política y la economía actual. De ambos ejemplos Austria, ya sea como reino o como república, ha salido indemne, o casi. El primero fue luego de terminada la Primera Guerra Mundial, situación iniciada también por la monarquía austrohúngara, toda la responsabilidad del conflicto se le adjudicó a Alemania, dejando por fuera del tinglado a la recién creada República de Austria.

Los austriacos esquivaron, una vez más, el golpe y la responsabilidad luego de terminada la Segunda Guerra Mundial. A pesar de convertirse en una provincia más de Alemania en 1938, gracias al Anschluss, no fueron divididos entre las grandes naciones, su política casi no fue modificada, la desnazificación en el país fue bastante pobre y no llegó a completarse por el inicio de la Guerra Fría, la ocupación militar fue bastante más corta y dócil que la de su hermana mayor y, este es el punto más importante de este ejemplo, es que también han logrado que exista gente que crea que Hitler era alemán.

Y este texto no es para crear un movimiento contra los austriacos, ni para mostrar lo ofendido que estoy con Austria, creo que ya estamos un poco saturados de grupos que odien la historia. Uso el ejemplo de Austria porque está muy claro el método que utilizan. Para esquivar cualquier obligación solo se debe buscar un chivo expiatorio que sea más grande que tú. Es más fácil engañar a la gente, que hacerles entender que fueron engañados, palabras de Mark Twain. Se debe saber vender la idea de víctima. De mero espectador. Y dejar que la mentira se clave en el subconsciente global.

Así es como muchos gobiernos han logrado volver al poder, vendiendo la idea que fue alguien más el responsable de la crisis o de la guerra. Para lograrlo solo hace falta repetir a las personas adecuadas las veces que sean necesarias para que la historia contrafactual tome forma y despegue entre la comunidad. Con este método se logró vender la idea que fue culpa de la derecha la crisis en España, por ejemplo, o que en 2016 el gabinete de Trump ya estaba a cargo del país y eran los causantes de las protestas de Atlanta. Y son estas clases de falacias las que, a veces, logran crecer tanto que sustituye a la verdadera. La engulle y la vuelve parte de la amalgama de engaños.

El autor es escritor panameño.

Opinión
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí