14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Historia y cambios

La historia es la grabación de las alteraciones del orden. La historia humana es eso, meras perturbaciones, modificaciones del orden que se tenía antes. Puede ser la conquista o la caída de un imperio. Una crisis financiera o una pandemia. Cualquier cambio en la armonía de los distintos factores que confluyen dentro de una sociedad es historia. Tan raros son los minutos de tranquilidad que se les llama con nombre propio, Pax Romana por ejemplo. Se podría decir que entonces la historia es una gran cosecha de cambios.

En la historia reciente hemos tenido pocos cambios, vivimos una época de paz muy fuerte. Las guerras nos parecen ahora lejanas y extrañas, algo que solo sucede en regiones distantes. Entonces, si ya los conflictos armados no son parte de nuestra historia, ¿qué sí lo es? La política y la economía, y no debemos olvidar que desde hace apenas un año y pocos meses también nos acompaña la enfermedad, pero fijémonos primero en las dos antes mencionadas. Esta dupla que trabaja al unísono ha sido el caldo de cultivo para las variaciones de la última década. Su trabajo se ha forjado desde atrás, desde las juventudes apasionadas, desde sus ideas, desde sus exigencias. Ahora la historia se escribe en binario. En un complejo, y al mismo tiempo simple, alfabeto de unos y ceros.

Las noticias cambian en segundos, los discursos cambian en minutos, la historia cambia y no cuaja. Los miles de fatuos cronistas desconocen la manera correcta de manejar el peligroso arte de conservar la historia. Sus deseos son los de dejar un pasado vacío y así pudiendo moldear el futuro a su imagen y semejanza. Megalómanos narcisistas. Meapilas.

Sus acciones ya han escrito centenas de páginas de modificaciones al status quo, pero no previeron la reacción. Han olvidado la tan famosa tercera ley de Newton. También desatendieron la realidad de la civilización, demasiado fluida como para ser comprimida en simples unos y ceros, y demasiado extensa como para ser controlada por una manada de zopencos sin el más mínimo resquicio de autocrítica.

Ahora la política no es más que una ramera que utilizan para satisfacer sus necesidades. Una especie de masaje con final feliz. No hacen más que buscar en ella escasos segundos más de placer. Y ella, sin la más mínima vergüenza, se agacha frente a ellos y les permite hacer lo que deseen. Los empujones, rasguños, escupitajos e insultos no son más que parte de su trabajo ya asumido. Y una vez terminada su labor, regresa sumisa a la triste esquina que le han asignado. Famélica y abusada espera con ansias el piropo que le lancen sus captores, como una misa, espera esa palabra para sentirse salvada.

La política y la economía, como ya había dicho, son dos fuerzas que trabajan juntas. Dos gemelas que pueden leerse la mente, dos amantes con ganas de verse. La reclusión de una de ellas por parte de esta panda de indecentes hace que la otra no pueda funcionar de manera correcta. Cada hora de secuestro es un párrafo de cambio más, líneas de historia plasmadas en los anales del tiempo. Los protagonistas, con la arrogancia de un conquistador, creen que serán los últimos líderes de la historia. Un reducido grupo de lloricas y malcriados serán los que, por fin, traigan la paz al mundo.

Pero existe un pequeño, pero muy poderoso vicio, que tienen las Moiras y es el de cambiar la línea de tránsito de la historia a latitudes radicales y opuestas. Ya esos cambios se dejan ver en el horizonte, aún faltando un largo camino, se puede divisar una transformación del paradigma actual. Nuevas páginas de historia. .

El autor es escritor panameño.

 

Opinión pandemia
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí