Sven Lowery y Amina Rivera, son un matrimonio de jóvenes emprendedores, quienes reconocen que aunque echar a andar una idea de negocio no es un asunto que se toma a la ligera, por los temores que genera, puede convertirse en una decisión acertada que cambia la vida.
El 14 de febrero de 2014 fue el día que este matrimonio decidió presentar una nueva propuesta de comidas rápidas con ingredientes de calidad y variados, se trata de Hamburguesas Caseras Lowery’s.
Amina Rivera, propietaria del negocio, recuerda que ese primer día solo unos seis clientes llegaron, más familiares que quisieron compartir el momento con ellos.
“No fue una venta muy alta que digamos, pero para nosotros era muy importante porque parte de lo que experimentamos ahora es porque desde un inicio nos hemos concentrado en la calidad, la atención y la innovación”, dice Rivera.
Por su parte, Sven Lowery, gerente propietario, agrega que ese primer día había mucha incertidumbre sobre la aceptación que podrían tener la propuesta. “Iniciamos tres, entre ellos mi esposa Amina en la cocina, un ayudante y yo atendí a las personas que consumieron en ese momento”, relató.
Sven recuerda que contaron con una inversión inicial de cuatro mil dólares (que juntaron con la liquidación de ambos de sus antiguos trabajos) para la construcción del actual local en Bello Horizonte, Managua, y los equipos, donde él mismo, con ayuda de su papá, se encargó de construir la estructura que alberga un restaurante fresco, de vistosos colores. A esa inversión se sumaron dos mil córdobas que requirieron para comprar los primeros insumos para cocinar.
INICIO PEQUEÑO, SUEÑO GRANDE
Las metas de este matrimonio con Hamburguesas Caseras Lowery’s se concentra en el fortalecimiento de sus servicios en la sucursal de Bello Horizonte, vender a domicilio y a mediano plazo, Según Amina, desean abrir otros locales en Managua.
“Nuestro sueño también a largo plazo es crear una línea de restaurantes a nivel nacional y que a su vez sea de bendición para las personas que trabajan con nosotros y los nuevos que se requieran”, dice Amina.
Actualmente este negocio, que inició vendiendo unas 12 hamburguesas diarias, luego de meses de trabajo, han logrado vender hasta 150 hamburguesas en los mejores días, y en uno regular entre ochenta y cien. Adicionalmente venden deditos de queso, deditos de pollo, ensaladas y subways. Este crecimiento permitió que pasaran de tres a 13 trabajadores, incluyendo los propietarios.
La idea de tener un negocio surgió en 2012, cuando ambos laboraban para una empresa de telecomunicaciones; cansados de tener ingresos bajos Amina le propuso a su esposo que vendieran sándwiches en su centro de labores. Pero la idea no tomó fuerza porque su matrimonio estaba en crisis y por unos meses se separaron, hasta que en agosto de 2013 “con la ayuda de Dios” retomaron las fuerzas para emprender una nueva etapa en sus vidas, hasta llegar a lo que hoy están concretando.
EMPRENDER NO ES FÁCIL
Y aunque sienten que en casi un año y cinco meses que llevan operando han crecido en ventas, personal e ideas, el matrimonio reconoce que los primeros ocho meses fueron muy difíciles.
“Hubo días que solo vendíamos 15 córdobas y otros donde nos recuperábamos. Pero no podíamos desanimarnos ni dejar de tener nuestra fe en Dios en que todo mejoraría. No le niego que no hubo momentos de restricciones y de preocupaciones, pero siempre completábamos para cumplir con todas las obligaciones, tanto del negocio como de la familia”, recuerda Amina.
Pero para lograr el crecimiento que han tenido han necesitado someterse a un “corre corre” constante, a fin de cumplir con sus tareas de padres, esposos, jefes, hijos, hermanos y amigos: diariamente se levantan temprano, alistan a su hija para llevarla personalmente a la escuela, luego toda la mañana realizan las compras y desde mediodía hasta las 10:00 p.m. atienden el negocio.
“No es fácil y puede ser cansado en ocasiones, pero en todo ese corre corre, me he propuesto estar con ella (su hija) el mayor tiempo posible. Por eso me levanto desde temprano para irla a dejar a su escuela e irla a traer”, explica el emprendedor.
Por su parte, Amina afirma que “hacemos de nuestro tiempo malabares porque se requiere de mucha coordinación, especialmente cuando las cosas no salen como uno las desea o las prepara. Pero en medio de cada día nuestras prioriades son Dios, la familia y el negocio”.
INNOVANDO SABORES
Uno de los aspectos que según los emprendedores más les ha ayudado para que los clientes regresen es la innovación en sus 12 variadas hamburguesas, cuyos precios van desde setenta córdobas.
“Durante varios meses estuvimos ingresando diferentes combinaciones de hamburguesas con nombres que sean atractivos y fáciles de recordar para los consumidores”, dice Sven.