Mientras que en muchos barrios de Managua el suministro de agua potable es irregular, llegando solo por escasas horas en algunos sectores, a lo largo y ancho del mercado Oriental casi no falla el vital líquido. Pero pese a ser privilegiados, los comerciantes no tienen hábitos de uso óptimo y más bien derrochan este recurso.
Sin precisar cifras, Augusto Rivera, gerente de la Corporación Municipal de Mercados de Managua (Commema) en el Oriental, manifiesta que la mayoría de comerciantes fijos y eventuales —que son aproximadamente 16,000 personas— no pagan el servicio de agua.
“El que bota el agua es porque está pegado, así de sencillo. Si la paga está pendiente (del consumo) porque sabe que son billullos (dinero) los que se le van. Dentro del mercado es la mayoría (que no paga) porque si vos ves las 24 horas botan agua”, reconoce Rivera, agregando que tal práctica daña las calles del populoso centro de compras.
Por su parte, Jorge González, presidente de la Asociación de Comerciantes de Mercados de Nicaragua, manifiesta que el problema del agua potable es igual al de la energía, donde todos están conectados pero la mayoría están ilegales.
“Desde que se dio el incendio en el mercado estamos trabajando con Enacal, hemos hecho revisiones y hemos detectado varios problemas con el consumo del agua”, calcula González.
SE LUCRAN DEL AGUA QUE NO PAGAN
Las bolsas de agua que se venden a un córdoba es un negocio rentable en el mercado Oriental, más si no se paga por el servicio de agua potable y si ninguna institución controla el suministro de agua que obtienen ilegalmente los usuarios.
“Nosotros hicimos varias inspecciones y eso logramos identificar: que varios comerciantes tenían en sus tramos hidrantes que ocupaban para la venta clandestina de agua potable, hacen las bolsitas de agua con la conexión de un hidrante y luego la venden a peso y no están pagando por el servicio”, explica el subteniente Jorge Berríos, jefe de operaciones del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Managua.
Rubén Arriola, del Centro Social Jurídico de Ayuda al Consumidor, indica que es muy difícil controlar el consumo de agua en los mercados y más cuando crece desordenadamente, como es el caso del Oriental.
“Hay un derroche de agua incontrolable y lo peor es que nadie regula el consumo y esto responde a una cultura populista que impulsa el mismo sistema de Gobierno, el problema es que este derroche perjudica a los vecinos de la zona alta” , sostiene Arriola.
FUGAS POR REDES OBSOLETAS
Si la falta de pago de la mayoría de los comerciantes fuera poco, a esta se le suma que gran parte de la tubería es obsoleta y tiene fuga. Ruth Herrera, expresidenta de Enacal, señala que el principal problema del mercado es que hay demasiadas fugas porque la red es obsoleta y cuando se intentó mejorar las redes, hace algunos años, los comerciantes no lo permitieron, siendo mínimo el avance porque solo se trabajaba en las noches.
Aunque en el mercado Oriental hay dos pozos administrados por Commema, Herrera asegura que estos ya dieron su vida útil y por esa razón la mayoría de vendedores se han conectado ilegalmente a la red de Enacal y apenas una pequeña cantidad están legales. En su administración el Oriental representó “un dolor de cabeza” por la complejidad de desarrollar trabajos, porque existía una resistencia de los comerciantes para cambiar tubos, llaves o colocar medidores en los tramos.
“Commema es una de las instituciones que más le debe agua a Enacal, en el Oriental hay muy pocos medidores instalados y muy pocos pagaban la factura (en 2008) porque no hay autoridad municipal que se haga cargo de controlar el servicio. En el 2008, a la hora del incendio se hizo un esfuerzo por instalar más hidrantes en el Mercado”, recuerda Herrera.
Expresa que legalizar y mejorar la red de agua potable es caótico, más cuando los comerciantes hacen y deshacen a su gusto y antojo porque no tienen “freno” de ninguna autoridad, porque no hay orden.
Arriola manifiesta que se debe crear conciencia en los comerciantes y en Enacal, porque no controla el derroche.
“El Oriental es donde más agua se derrocha porque no hay conciencia ni de la gente ni de Enacal, que tiene una política inadecuada, porque le cobra a la gente pagadora, pero no lo hace en los mercados porque ahí los linchan”, concluye Arriola.
Previo a esta publicación, LA PRENSA intentó obtener la versión de Maritza Tellería, divulgadora de Enacal, pero dijo que no tenía información del tema. Se desconoce si la empresa aguadora tiene algún proyecto para mejorar la situación del Oriental o si por lo menos existe la intención de cambiar la realidad a mediano o largo plazo, antes de que sea más complejo legalizar a todos los vendedores y acabar con las fugas.
03 millones de córdobas era la deuda que tenía la Corporación Municipal de Mercado de Managua (Commema) con la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) en el 2008, cuando ocurrió el incendio, según Ruth Selma Herrera, expresidenta de Enacal.
POCOS HIDRANTES FUNCIONAN
Cuando se quemó el mercado Oriental, el principal obstáculo fue que la mayoría de los hidrantes no funcionaban.
El subteniente Jorge Berríos, jefe de Operaciones del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Managua, indica que un buen porcentaje de hidrantes no funciona porque los delincuentes los han arrancado para venderlos como chatarra.
“En la actualidad hay hidrantes con buena presión pero cuando los abrimos no podemos acoplar la manguera de los bomberos porque los dueños de lo ajeno han vendido las piezas como chatarra”, agrega.
Actualmente el populoso centro de compras tiene 51 hidrantes, de los cuales diez no están en óptimas condiciones. No se conoce si está en planes de Enacal repararlos. Ante una posible emergencia, el mercado cuenta con seis sirenas, ubicadas en diferentes partes. Estas se activan en caso de un sismo o un incendio. También existen rutas de evacuación debidamente señalizadas, que fueron establecidas por el comité de emergencia.
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