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El lema y sus contradicciones

Cuando Dios creó al hombre y luego a la mujer, en los días de la Creación, entre los maravillosos dones que les concedió estaba el de la imaginación. Esta, fecunda en grandes verdades y grandes mentiras, nos ha permitido con el transcurrir del tiempo, conocer historias fantásticas como las hazañas de Ulises contra los cíclopes en las faldas del Etna; como Alicia en el país de las maravillas; y como la de los liliputienses, descubiertos por J. Swift, seres diminutos dotados de excepcionales cualidades, que nos mueven a reflexionar sobre nuestra condición humana.

Pero también dicha imaginación (“la loca de la casa” la llamaba Santa Teresa de  Jesús, o de Ávila), se ha posesionado de personas propensas a la maledicencia, que no solo inventan graves acusaciones para condenar a sus adversarios políticos, sino que crean y difunden mensajes altisonantes, con el único fin de confundir a la opinión pública y al mismo tiempo acarrear agua para sus molinos, en defensa de sus egocéntricos intereses. A estos últimos pertenecen, sin duda alguna, los Ortega-Murillo y sus corifeos.

Uno de esos mensajes leído por un burócrata gubernamental, proclama que la Administración de los Ortega-Murillo es: cristiana–socialista–solidaria. ¿Habrá quien crea semejante patraña? Si hay alguna persona que todavía cree esos embustes, lo exhorto a que reflexione sobre lo siguiente:

Cristiana: La religión que predicó Jesús de Nazaret prohíbe matar a su prójimo, torturar y encarcelar injustamente a los ciudadanos. Por lo que frente a la terquedad de los hechos, es bueno que nos hagamos las siguientes preguntas: ¿Y los 355 muertos de que nos habla la CIDH, acaso se suicidaron? ¿Puede una administración pública que comete estos crímenes y que persigue a las iglesias (católica y evangélica) llamarse cristiana? En el Evangelio, según San Mateo, se nos dice: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” y en el Sermón de la Montaña, Cristo-Jesús, nos advierte: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. ¿Qué esperan para poner en libertad a los más de 200 reos de conciencia arbitraria e injustamente encarcelados?

Socialista: Teóricamente es el sistema que propugna por la igualdad y el bienestar de la clase trabajadora. Según Marx, el socialismo es la etapa intermedia para la desaparición de las clases sociales y el Estado. En Nicaragua, el FSLN y los Ortega-Murillo, lo que han hecho después de saquear las arcas públicas, es formar la nueva oligarquía, aplastando sin piedad a las organizaciones obreras y negándoles sus derechos a los trabajadores. Han formado una Central Única (CST) encabezada ahora por millonarios corruptos, como Gustavo Porras, que por su condición de nuevos ricos, solo responden a los intereses de la familia Ortega-Murillo y a los de la nomenclatura. Fuera de Nicaragua nadie los reconoce como socialistas sino como neo-fascistas, y prueba de ello es que el FSLN y toda su camarilla, fueron expulsados recientemente de la Internacional Socialista (IS) que aglutina a más de 100 partidos identificados con esta ideología por todo el mundo.

Solidaria: Hay que ver cómo, con ímpetu digno de mejor causa, la Asamblea Nacional orteguista han destruido alrededor de 2 mil ONG que estaban en su mayoría al servicio de los niños desprotegidos, de los ancianos desvalidos, de las mujeres abandonadas y de los más pobres nicaragüenses. ¿Es esta la solidaridad a la que se refieren en su desprestigiado lema? Esta barbarie inaudita que ha causado estupor en todo el mundo, es una prueba más de las estupideces y de la falta de sensibilidad social que caracteriza al FSLN y a la familia de los Ortega-Murillo.

Después de este breve repaso por las ejecutorias de la presente administración pública, fácilmente podemos llegar a la conclusión de que ni es cristiana, ni es socialista, ni es solidaria y que por lo tanto, no tiene sentido estar usando un lema que está en clara contradicción, con lo que ellos practican. Nunca se hizo nada por ajustar las palabras a los hechos, por lo que pasará a la historia como una más de las tantas mentiras, con que siempre han tratado de engañar al pueblo, los enemigos de la libertad y del progreso social de los nicaragüenses.

El autor es periodista y secretario general de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

Opinión creación Dios religión socialista
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