Hace mucho, un fraile pobre de Castilla estaba a punto de morir en una celda, castigado y oprimido por sus propios hermanos y los oídos sordos del poder político de la época.

La diputada PLC María Fernanda Flores había anunciado que le cantaría sus cuatro verdades a Ortega y el resto de diputados tenían ahí su oportunidad para al menos aparentar que son “opositores”. Pero nada. Solo hubo aplausos, abrazos y sonrisas. Faltaron “la cuatro verdades”. Y el informe.

Nada se le ha regalado a CxL, ninguna concesión o negociado, como maliciosamente afirman a menudo los que no han hecho el esfuerzo de intentarlo, porque ni siquiera tienen la estructura.

Me viene al recuerdo ese refrán con el escandaloso caso de la mega Compañía Odebrecht de Brasil que ha causado tanto revuelo en el mundo y que ha hecho salir a flote los nombres de personajes importantes supuestamente honorables y pertenecientes o aspirantes a pertenecer a la alta sociedad de sus países.

Pero sor Emilia es, podríamos decir, la punta del iceberg. Una de las más recientes y notables miembros de un ejército que, desde los tiempos coloniales, e influidos por la mística cristiana, han auxiliado a los menesterosos y contribuido a moralizar la juventud y mejorar las costumbres

Las “delaciones premiadas” de Odebrecht abren una oportunidad soberbia a los países latinoamericanos para hacer un gran escarmiento contra los mandatarios y ministros corruptos de las frágiles democracias que han reemplazado en la mayor parte de nuestros países (con las excepciones de Cuba y Venezuela) a las antiguas dictaduras.

El gobierno de Ortega ha actuado como si la holgura económica de la que ha disfrutado hasta ahora, y la impunidad política que esa holgura le ha propiciado, no tendrían límites.

Esta percepción sobre los políticos ha llevado muchas veces a generalizaciones desafortunadas con todo lo que es y no es estrictamente político.

Ni siquiera voy a entrar a ponderar si la demanda contra el poeta Ernesto Cardenal es política o no, porque el mero beneficio de la duda significaría otorgarle mérito a un sistema que hace ya mucho tiempo quedó incapacitado para impartir justicia

La campaña de capacitación y concienciación de los conductores que según el comisionado Roberto González Kraudy ha emprendido la Policía a nivel nacional, es un buen paso en la dirección correcta.